303 años de romerías a Aparecida

https://www.uniminutoradio.com.co/303-anos-de-romerias-a-aparecida/

Aparecida del Norte, considerada la "capital espiritual de Brasil" y corazón mariano de ese país, es una ciudad ubicada en el interior del estado de São Paulo, donde Nuestra Señora de la Concepción Aparecida habita desde 1717 de un modo tan especial.

PorLuis Eduardo Forero Medina

4 noviembre, 2020

Aparecida del Norte, considerada la “capital espiritual de Brasil” y corazón mariano de ese país, es una ciudad ubicada en el interior del estado de São Paulo, donde Nuestra Señora de la Concepción Aparecida habita desde 1717 de un modo tan especial.

La historia de la imagen venerada fue recordada por San Juan Pablo II en 1980 al inaugurar la Basílica de La Aparecida: “La inútil tarea de los tres pescadores que no encontraban peces en las aguas de Paraíba, en aquel lejano 1717. El inesperado encuentro del cuerpo y, después, de la cabeza de la pequeña imagen de cerámica ennegrecida por el lodo. La pesca abundante que siguió al hallazgo. El culto, iniciado enseguida, a Nuestra Señora de la Concepción, a la imagen de aquella estatua trigueña, cariñosamente llamada “la Aparecida”. (Homilía, 4/07/1980).

Narra la historia que en la casa de Felipe Pedroso se levantó un pequeño oratorio, al que los sábados la gente acudía para rezar el Rosario; los milagros comenzaron a ocurrir y la gente comenzó a llamar a la imagen Nuestra Señora Aparecida.

En una ocasión la pequeña imagen se volvió pedazos. “Me han contado, dijo el papa polaco, que entre los mil fragmentos fueron halladas intactas las dos manos de la Virgen unidas en oración. Este hecho tiene valor de símbolo: las manos juntas de María en medio de las ruinas son una invitación a sus hijos para que hagan sitio en sus vidas a la oración, a lo absoluto de Dios, sin el cual todo lo demás pierde sentido, valor y eficacia. El verdadero hijo de María es un cristiano que reza.”

El itinerario de La Aparecida, “la casa de la Madre de todo brasileño” (Papa Francisco, 24/07/2013) arrancó en el siglo XVIII con la inauguración de la primera capilla en 1745, “primitivo y tosco oratorio —el “altar de palos”, y fue tomando más rumbo en las siguientes centurias; en 1842 se inició la construcción de un templo, que duró cerca de medio siglo para inaugurarlo y en 1893, se elevó al Santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida. En el siglo XX, Nuestra Señora de la Concepción Aparecida es solemnemente coronada en 1904 y hace 70 años fue declarada Patrona principal de Brasil.

Desde San Juan Pablo II, los papas no han faltado a la cita con La Aparecida. En 1980 èl inauguró la actual Basílica Nacional. En 2007 Benedicto XVI en su primer viaje a Latinoamérica visitó la ciudad de Aparecida y en 2013, el papa Francisco hizo lo propio a ese santuario mariano, que con el correr de los siglos, recibe millones de peregrinos, que buscan, según señaló san Juan Pablo II, “la fe y los medios para alimentarla, sobre todo la reconciliación con Dios”.

Desde hace tres siglos y tres años, tiempo en que la Virgen, “selló un encuentro singular con la gente brasileña”, cuando se ponen los pies en Aparecida, por donde se

pase, se oye repetidamente este cántico: «¡Viva la Madre de Dios y nuestra / sin pecado concebida! / ¡Viva la Virgen Inmaculada, / la Señora Aparecida!»