Baile, música, y la fe ayudan a sanar

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En OPINIÓN LIBRE | Lunes 18 de enero del 2016 - 9:16

“Mens Sana in Corpore Sano” acostumbraban a decir en mi pueblo.

La bailoterapia y musicoterapia algunos la clasifican dentro de la  terapia física, que  hace su aporte para que una persona se  alivie, esta disciplina estaría descuidada a nivel mundial. De acuerdo a la Confederación Mundial de Fisioterapia (WCPT), el acceso a los servicios de terapia física no está contemplado en los sistemas de salud del   41% de los países, y en el 37% de las naciones  los fisioterapeutas no son educados para la práctica autónoma de su profesión.  Se constata en varios países la poca utilización de este método sanatorio y la falta de especialistas en la “actividad humana y  el movimiento.”

Es una verdad de a puño que el baile y la música colaboran en la sanación de las personas..y de los animales. Hace cuatro años la  Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OMS-OPS) llevó a cabo en Argentina un estudio para establecer  los beneficios en la salud de los adultos mayores, del método Tangolates, creado por Tamara Di Tella. Tangolates es un baile que armoniza tango con la técnica de Pilates combinando Cuerpo-Mente-Espíritu,  y que ayudó a su creador (Joseph H. Pilates 1883-1967)  a tratar en la infancia  asma, fiebre y reumática y raquitismo que padecía. En América del sur  este método se aplica para tratamiento de enfermos de Parkinson. Sólo Colombia y Uruguay no tienen licencias pilates, tangolates, tango pilates y aura.

Así como  bailando  Tangolates se pierden calorías, está demostrado que otras danzas producen similar resultado, porque   trabajan varios músculos y órganos del cuerpo cuando se baila. El baile colombiano la Zumba es con el que se podrían  perder más calorías, entre 500 y 800  a la hora; la salsa y el ballet unos 300. Bailando la Zumba se trabajan los glúteos, el  tendón de la corva, cuádriceps, glúteos y  abdominales;  con la  salsa se trabajan principalmente  pies y pierna desde el tobillo hasta las caderas, e igualmente brazos, hombros y un poco el pecho.


 

“Según los especialistas el baile debe estar de la mano con el  adulto mayor, porque le mejora  el corazón, ayuda a bajar de peso, elimina el estrés y favorece  la memoria. En general se afirma que  el baile socorre a la salud mental. La Universidad de Harvard ve en la danza un buen aliado para tratar enfermedades degenerativas.”

De acuerdo a la Revista The Lancet, la música ayuda a procesos quirúrgicos  en adultos y a “reducir el dolor y la ansiedad durante el período postoperatorio”. Escuchar música contribuiría también a  la cicatrización y manejo del  stress. Algunos  se aventuran a recomendar determinados temas musicales para ciertas dolencias;  para la hipertensión sugieren escuchar  las cuatro estaciones de Vivaldi y  Serenata No. 13 en Sol Mayor de  Mozart; pero si tiene dolor de cabeza ponga a sonar   Sueño de amor de  Listz y la  Serenata de  Schubert.

Sir Thomas Beecham (1879-1961), sostenía que si fuera dictador “obligaría a cada persona, entre los 4 y 80 años de edad, a escuchar a Mozart durante un mínimo de 15 minutos al día, al menos durante cinco años.”

En todo caso  la fe es lo mejor;  «Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: «Trasládate de aquí a allá», y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes» (Mt 17,20) . A los que acudían al Nazareno  para buscar sanación, les contestaba “Sólo ten fe”.