Colombia: Galería de Notables de Pacho (VII), Cundinamarca: Guillermo Ruiz Lara

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Por: Luis Eduardo Forero Medina

En la tarea de recopilar información acerca de las personas ilustres de la tierrita, fuera de lo que aparece en la red, bibliotecas públicas y privadas, academias, archivos privados acudimos frecuentemente a paisanos que nos proporcionan información fiable.

La ilustre familia del doctor Guillermo Ruiz Lara era conocida respetuosamente como los apóstoles, porque fueron doce hijos, uno de cuyos nombres fue escogido para que llevara la Biblioteca Pública del municipio de Pacho, Cundinamarca.

Apenas cumplidos los 21 años, en 1953, Guillermito como le dice doña Diana Zárate de La Palma, fue nombrado por el entonces presidente de la República, Relator de actas de la Comisión de Estudios Constitucionales, con su sueldo de $500.oo. “Tamaña responsabilidad”, opinó un constitucionalista de Pacho.

De la biblioteca de la familia Barragán se supo que Ruiz Lara fue Contralor general de la República encargado (Humanismo para la actualidad y otros ensayos, Ruiz Lara, Guillermo)

Algunos de sus coterráneos con que congeniaba demasiado era con el doctor Antonio Rodríguez Báez, pasando horas interminables filosofando; con el ex parlamentario Luis Francisco Madero Forero, de quien Ruiz Lara fue consejero y como tal le insinuaba por ejemplo optar por la Casa Ospina o por la Casa Gómez, cuenta don Marco Antonio Suárez Pinzón, quien narró una anécdota curiosa del doctor Guillermo, que le encantaba caminar por el pueblo leyendo un libro; era curioso verlo bajar para su casa en La Crinolina en esa actitud, como en la antiquísima Escuela de los Peripatéticos; además hablaba muy pasito, cuenta su paisano, con quien también departía mucho. La biografía de Guillermo Ruiz Lara da para un volumen de centenares de páginas, son muchas las anécdotas que quedan inéditas.

Guillermo Ruiz Lara (18/11/1932-20/01/2017) se destacó en el ámbito nacional e internacional como un intelectual de lo mejor de la cartelera de la época; se le recuerda llegar a pie a la sede de la La Academia Colombiana de la Lengua (ACL), con Germán Arciniegas, Jaime Sanín Echeverri, Diego Uribe Vargas, Otto Morales Benítez, Juan Gustavo Cobo Borda, y Fernando Hinestrosa Forero. Todos ellos escuchaban atentamente a Ruiz Lara antes de iniciar las sesiones de la Academia, quien antes de dictarles el protocolo a seguir en ese templo intelectual donde era secretario, los deleitaba con sus dotes de poeta, narrador, y como ninguno sabedor de chanzas pachunas; de las que sus amigos estaban prevenidos, sin embargo, la sorpresa llegaba cuando menos se esperaba y se daba por descontado, que le había quedado grande hacer la chanza pachuna.

Ruiz Lara brilló como historiador, humanista, columnista, poeta, costumbrista; ante todo como persona. En esos y otros tópicos se ocupó en el numeroso legado dejado en revistas, gacetas, periódicos, libros y casetes. Sus cualidades de buen redactor, comentarista, recursivo, acucioso y elegante en la escritura y en la palabra, no eran fingidos ni improvisados, tuvimos oportunidad de escucharlo varias veces en el parque principal del municipio de Pacho y en las academias. Sobre la separación de Panamá, Ruiz Lara opinaba que “El gobierno de Marroquín, desgastado e impotente, no tuvo –ni podía tener—los recursos ni las condiciones estratégicas que le permitieran repeler a tiempo y con fortuna el zarpazo de Teodoroo Roosevelt. Como apuntó con fino humor Eduardo Lemaitre, el anciano e irresoluto presidente aplicó con tamaño desacierto –acaso sin quererlo—el viejo aforismo castellano de “al ladrón darle las llaves”. Descaradamente Marroquín dijo cínicamente que había recibido un país y entregado dos.  Un escrito que revela la formación universal de Ruiz Lara, Escolio a "La guerra religiosa de Mosquera".

Ruiz Lara como historiador “investigó mucho sobre la historia de Pacho, sobre todo en el aspecto social y económico”, señalo su colega y paisano, el filósofo José Eustorgio Barragán Rodríguez. También escribió La Generación del 98 y un nuevo descubrimiento de América y sobre Algunos héroes anónimos de la independencia; lecturas que debieran retomarse por las generaciones para no olvidar el papel de tanto personaje desconocido que ha contribuido a la edificación de su patria.

Ruiz Lara como humanista hizo la introducción o comentó muchas obras que sería extenso mencionar; Monseñor Mario Germán Romero se ufanaba que su texto Actualidad del humanismo, hubiera sido comentato por Ruiz Lara.

Ruiz Lara como académico, se fue ganando su puesto de miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua por sus propios méritos, “a pulso”, dijo un paisano; sorprendiendo a los asistentes el 23 de julio de 1990, cuando se posesionó, con un discurso sobre El idioma mestizo de la hispanidad, que dio para que la concurrencia se pusiera de pie y lo ovacionaran y aplaudieran por varios minutos. Esta pieza de la oratoria corre publicada en el Boletín de la Academia colombiana, Tomo 40, No 169,1990, págs. 48-59. En el edificio de corte neoclásico de la carrera Tercera con calle Diecisiete de Bogotá, en esa época todo lo manejaba este pachuno emérito. También fue secretario del Instituto Caro y Cuervo, dignidad a la que ha llegado la crema y nata de la intelectualidad colombiana. En la Academia de la Lengua y en el Caro y Cuervo el doctor Guillermo Ruiz Lara era siempre el encargado de dar la bienvenida a los nuevos académicos, en los que se hacía ver por la majestuosidad de su pensamiento y pluma.

Igualmente fue miembro de la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica y de la Academia Colombiana de Educación, colaborador del Boletín de la Academia Colombiana y del Boletín de la Academia de Historia de Boyacá. Se afirma que el 90% de esos contenidos eran de la autoría de ese pachuno destacado.

Ruiz Lara como historiográfico redactó o comentó en boletines y otras publicaciones impresas biografías como Castelví y el tiempo, Conmemoración de un centenario, Torres Quintero, el maestro; Rafael María Carrasquilla, paradigma de maestros, Arturo Uslar Pietri, ilustre pensador venezolano y prez de las letras hispanoamericanas, Adiós a don Horacio, Don Marco Fidel Suárez. Clásico de América y alto ejemplo de autenticidad, entre muchos que pueden consultarse en físico.

Ruiz Lara como columnista, colaboró con la revista Arco y los periódicos El Colombiano de Medellín y El Siglo de Bogotá. De las llamadas “columna de opinión”, Ruiz Lara afirmaba “que los periódicos reservan a escritores conocidos, para que glosen el acaecer de cada día desde su punto de vista y de acuerdo con su personal criterio”. La tarea de colaborar en un periódico muy notable de la capital era costumbre de Ruiz Lara, aunque, como ahora, muchas notas que aparecen publicadas no les dan el crédito correspondiente.

Ruiz Lara como costumbrista tuvo gran acogida; son de su pluma El Hispanismo de ayer y de siempre; su realidad en el siglo XX; Presencia de José Joaquín Ortiz en la literatura colombiana, Semblanza de una maestra, El magisterio excelso de Don Bosco y Centenario de la presencia de los hijos de Don Bosco en Colombia, Otro poeta ignorado, entre otros.

Guillermo Ruiz Lara, nacido en Pacho, Cundinamarca, adelantó su bachillerato en los colegios San Bartolomé de Bogotá y José Joaquín Ortiz de Tunja, y se doctoró en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Javeriana de Bogotá. Fue docente universitario en las áreas de literatura, sociología y teoría del estado y por varios años, vicerrector administrativo. Uno de sus alumnos lo califica como “muy exigente, riguroso, estricto y ante todo muy humilde, no anda daba cacareando de sí mismo”.

@luforero4